La fuerza de un poeta y su poesia....y las ulterioridades

SURda

Notas

c.e.r

 

Miguel Angel Olivera, “el Cristo” ha tenido el acierto de plasmar su indignación personal en una poesía con fuerza sin igual. La misma –su opus más reciente- de la rama de su poesía política (que es poco conocida) pero formidable, ha sabido conmover a una inmensa mayoría.

Hacemos votos para que la misma sea recopilada en forma de libro. Es un formidable testimonio político de nuestra época.

Señalamos también que su efecto entre el público militante ha sabido agitar fibras íntimas colectivas.

Pero la poesía –ay de nosotros!!!- no alcanza…más que para testimoniar la indignación.

Para ir más allá, para transformar la mera indignación ante el proyectito desgraciado de cierto monumento, son necesarios otros elementos.

El antiguo Sr. Presidente y el ministro de defensa que logró dejar instalado en cargo, no son solo personajes. Son también representación.

Representación múltiple. Representación tranquilizante y burguesa de los tupamaros. Representación –tambien- de organizaciones políticas. Uno en el CAP-L, el otro en su engendro transformado: el EME-Pepismo. Tienen –como tales- seguidores. El primero unos pocos miles, el otro, el antiguo presidente, algunas decenas de miles más que además tienen representación parlamentaria y ministerial.

El hecho indignante que protagonizaron: la firma de un decreto que pretendieron pasar de contrabando al actual gobierno es un acto reprobable. Descubierto el calotito, tomó estado público y provocó también repudio popular. A ambos por igual: al antiguo presidente y a su ministro de defensa. Sus formaciones políticas, sin embargo han cerrado filas detrás de ellos.

Esto es, un hecho indudable.

Es por ese motivo, que ciertas indignaciones particulares que se han intentado transfigurar en un manifiesto político de repudio a ambos, erran medios y fines.

Son, por un lado, prematuras. Son, por otro, insuficientes.

Mujica representa también a Lucía “la Tronca” Topolansky, Bonomi, Agazzi y la treintena de diputados y senadores electos, los elencos comunales de ediles, las dos o tres jefaturas departamentales. Mujica es, “todo eso”.

EFH, aunque es un cadáver político, tiene también sus millares escasos de seguidores. EFH es también “el ratón” Rosadilla, y hasta un puñado escaso de ediles. EFH es, también, “todo eso”.

Representan, además, un estilo de practicar la política, por arriba, sin consultar a sus bases que son seguidores, afiliados y electores.

No es posible repudiar a estos personajes y prescindir de los que representan.

Y, agreguemos, lo que representan desde “la liberación” de 1985, hasta el presente 2015. Incluido en el mismo, todas las transformaciones políticas de las que se sirvieron, documentos y hechos.

Los últimos hechos políticos que protagonizaron pueden ser repudiables. De hecho, lo son. Pero sus críticos-oponentes del manifiesto deben comprender también que no alcanza para nada manifestarles, simplemente, rechazo. Hay que atender, además, todo lo otro.

Son las diferencias que existen entre un poema formidable y su fuerza y una larga taréa política que está por delante.

Si comenzaramos por apoyar la próxima manifestación del 27 de junio, que encabezará el Plenario Memoria y Justicia, quizás estemos más cerca de comprender la tarea que nos espera.